Actriz y directora, Leila Hatami es una de las principales figuras del cine iraní contemporáneo.
Nació el 1 de octubre de 1972 en Teherán, es la hija del director Ali Hatami y de la actriz Zari Khoshkam. Criada en una familia en la cual el cine era, por supuesto, fundamental, empezó muy joven a realizar actuaciones en las películas de su padre.
Más tarde se mudó a Suiza con el fin de estudiar ingeniería electrónica pero decidió rápidamente cambiar de orientación para estudiar literatura francesa. Regresó a Irán una vez finalizados sus estudios.
Su carrera real empezó en 1997 con su rol en la cinta Leila de Dariush Mehrjui que cuenta la historia de una pareja iraní que se enfrenta a la incapacidad de concebir un hijo. La película fue un gran éxito y la actriz recibió el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival Internacional de Cine de Fajr, un festival de cine iraní que tiene lugar cada año en Teherán.
Desde entonces, protagonizó decenas de películas y su talento fue internacionalmente aclamado. Por su papel en Istgah-e Matrouk o La Desierta Estación de Alireza Raisian (2002), fue nominada al Premio a la Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Fajr y ganó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine del Mundo de Montreal.
Su fama mundial creció significativamente en 2012, con la película Nader y Simin, una separación dirigida por Asghar Farhadi en la que incarnó el papel de Simin. Ganó varios premios como el Oso de Plata Premio a la Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Berlín. En 2014, fue miembro del jurado de la competencia principal en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2014.
Desde entonces, ha actuado en muchas otras películas, casi todas iraníes.
Leila Hatami es la esposa del consagrado director y actor iraní Ali Mosaffa con el cual ha trabajado en algunas películas.
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