Instrumentos de música tradicional iraní

Los Instrumentos Musicales:

Tar :

De la familia organológica de los laúdes, el tar (literalmente cuerda, y cuyo nombre ha llegado hasta España dentro de la etimología de la palabra guitarra) es el instrumento de cuerda pulsada más usado actualmente. Tiene tres órdenes dobles con seis cuerdas afinadas en intervalos perfectos de octava, quinta y cuarta: Do-do-Sol-sol-do-do, con una extensión de unas dos octavas y media. Posee un cuerpo característico en forma de ocho hecho de madera, parecido a una pareja de bongós, y cubierto con un mismo parche de piel de oveja y con un sonido similar al de un banjo. Su largo mástil tiene entre 26 y 28 trastes móviles de cuerda de tripa y se toca con un plectro de bronce. Se cree que apareció en Irán a mediados del siglo XIX.

Setar:

A pesar de su nombre, el setar (literalmente, tres cuerdas) tiene cuatro cuerdas, aunque tres órdenes: Do-do-Sol-do. Tiene un mástil largo (unos 60 cm.) similar al del tar y una extensión similar. Pero, a diferencia de aquél, el cuerpo tiene forma de pera y es totalmente de madera, con pequeñas aberturas taladradas en la tapa para ayudar a proyectar el sonido. Esta diferencia de construcción también se traduce en un sonido menos potente. Se toca con la uña del dedo índice derecho. Este instrumento es el preferido por los sufis.

Barbat /oud:

Literalmente significa el pecho del pato y es un antiguo instrumento Persa de mástil corto y sin trastes,  con 9 a 11 cuerdas afinadas en cuartas y tocado con plectro de pluma de águila. El laúd europeo es derivado del Barbat. El nombre Árabe para este instrumento es Oud.musicales de toda Europa y Asia, desde el hackbrett escandinavo al yang ch’in chino, pasando por el cymbalum húngaro, el santuri griego o el británico dulcimer. Consta básicamente de una caja de madera (de nogal, palisandro, palma o betel) de forma trapezoidal, cuyas tapas traseras y delantera están conectadas por unos postecillos sonoros que juegan un papel fundamental en la calidad del sonido. Tiene 72 cuerdas metálicas dispuestas en 18 órdenes de cuatro cuerdas, que se percuten mediante unas delicadas baquetas de madera, consiguiendo una extensión de tres octavas en una disposición particular. Así, las 9 notas del registro inferior utilizan la longitud completa de la cuerda de bronce, mientras que para los registros medio y alto, las cuerdas de acero dividen su trayecto mediante unos puentecillos móviles. Tienen clavijas de afinación ajustables. Las cuerdas se afinan según la escala diatónica, aunque pueden variarse para ajustarse a cualquier dastgah. Suele ocupar el centro del grupo instrumental.

Kamanché:

Es un instrumento con cuatro cuerdas afinadas como el violín, aunque sostenido verticalmente sobre el muslo izquierdo, mientras la mano derecha sostiene el arco. Su caja hemisférica, similar a la de una mandolina, tiene, al igual que el tar, la tapa armónica hecha con una piel, en este caso de pez. Tiene mástil cilíndrico y sin trastes. Sus orígenes se remontan a la antigűedad y probablemente haya tenido tres cuerdas.

Ney / nay:

Es un instrumento de viento y probablemente el más antiguo instrumento utilizado en música tradicional. Se sostiene como las flautas dulces, apuntando hacia abajo y, como ellas, tiene cinco o seis taladros superiores más otro inferior que controla el pulgar. Pero se diferencia por tener una embocadura abierta, similar a la de una botella, forrada con un cilindro corto de bronce. Ello y su posición de toque en oblicuo dificultan su interpretación sin que los sonidos suenen “con demasiado aire”, así como pasar a la octava superior sin distorsionar el tono. Los virtuosos llegan a una extensión de dos octavas y media.

La parte superior del Ney, que es la parte superior de un cilindro hueco, se coloca entre los dos dientes superiores frontales, dentro de la boca. Se dirige una pequeña corriente de aire con la lengua y el labio superior rodea la parte superior del Ney. Al mover el labio y la lengua, se cambia el tono (hasta un tono completo) y la calidad del tono. Esta técnica parece difícil de aprender pero una vez que se ha dominado proporciona gran control sobre el timbre. Los músicos avanzados controlan la cantidad de turbulencia en la corriente de aire lo cual permite una gran variedad de sonidos desde tonos puros hasta sonidos extremadamente profundos. Hay diferentes tamaños de Ney, lo cual determina su tono, un Ney largo tiene un tono bajo y uno corto tiene un tono alto.

Tombak:

Es el principal instrumento de percusión en la música clásica Persa, de aspecto similar a la darbuka, aunque esculpido de una pieza sólida de madera de morera recubierta en la boca más grande de un parche de cordero o cabra. La técnica de su toque es similar también a la de la darbuka, con ambas manos percutiendo sus dedos de maneras diversas. Sirve no sólo como acompañamiento mediante patrones rítmicos, sino también para acentuar y ornamentar las frases melódicas.

Zarb:

Es un instrumento de percusión, algo mayor que el tombak, con una boca más grande cubierta de piel y otra abierta. La principal diferencia con el anterior es la forma de interpretarlo, más cercana a la de las tablas de la India, obteniendo diferentes sonidos mediante la yema de los dedos que percuten en sitios muy precisos del parche.

Daf:

El daf es uno de los instrumentos de percusión con una forma circular de cuero y aros  metálicos. La imagen de daf se encuentra en los bajorrelieves de Bisoton. En la música sufí de Irán es primordial y numerosas veces viene en la obras de maestros de poesía mística como Rumí, Saadi y Hafiz. El Daf es un instrumento de percusión construido en forma de un cilindro llano sobre el cual se estira un cuero y también se le agregan campanillas en el marco.

Dayereh:

La historia del Dayereh se remonta muchos siglos atrás. Una copa de bronce procedente de Lorestan que se encuentra en el Museo Nacional de Irán, Terán, muestra un Ney doble (tubos de caña), Chang (arpa) y Dayereh en una capilla o procesión. En Tajikistan se le llama Doira, en Afganistán es llamada Daira, en Azerbaijan es llamada Ghaval y se le encuentra en muchos países del Oriente Medio en diferentes tamaños y nombres tales como Rig, Mazhar, Bendir.

** Aparte de estos instrumentos, y según las regiones, la actual música iraní cuenta con un nutrido arsenal de instrumentos folclóricos como el laúd dotar (dos cuerdas) de los bakshi y turquemanos; el laúd tanbur de Jorasán de tres cuerdas; el violín ghaychak del sur, con cuatro cuerdas para tocar y muchas otras que vibran por simpatía; el damâm, un tambor cilíndrico del sur del país con parches en ambas bocas, que se percuten simultáneamente, similar a otros de la India y África; el dohol, un gran tambor kurdo de doble membrana que suele acompañar las danzas grupales junto al oboe zorna y que se toca con dos baquetas; el do-tablé, o doble tambor de la caballería kurda; el tambor täs que se utiliza en las ceremonias del culto zoroastrista de los kurdos; o el también kurdo tambor de lucha deportiva zarbé.

Sin duda alguna, estos instrumentos, así como muchos elementos del folclore y cultura de los pueblos que hoy conforman el Irán moderno, han influido en la interpretación de la música clásica persa, un cosmos sonoro de raíces milenarias que no deja de renovarse a manos y en las voces de sus representantes más ilustres.

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