La obra de Miguel Ángel Bernat contiene un misticismo que revela una profunda comunión con las cosas más sencillas de la Tierra y de los hombres. El silencio se cuela entre sus versos como el agua entre las rocas de un río. Los temas de su obra a menudo suelen ser las pequeñas cosas. «un viejecito sonándose», la contemplación de un cuadro de Brughel o un rostro en el metro, la luz que entra por una ventana …Su voz el recitar (o su no voz), es una voz respirada hacia adentro. Nueva, vieja mística, para renovar el mundo y seguir habitándolo con alguna confianza. Poeta “manso” en el sentido menos doméstico, sus poemas contienen “imágenes guía” hacia un reciento interior. Asistir a un recital de M. A Bernat es a menudo una experiencia excepcional, en la que junto a la palabra tocamos el silencio.
Miguel Ángel Bernat ha escrito varioa libros de poesía: “Informe de la carretera abandonada”, “El refugio de las fieras”, “El río”, “Constelación”, “En la tierra”, “Almas distantes”, “Padre e hijo”, “En el viento”, “La belleza del silencio”, “Estela”, “Hojas de luna” y “Petirrojos de los tiempos modernos”. Ha traducido el poeta japonés Ryokan(1982); fragmentos de Ramana Maharshi (1969); Gary Snyder: poemas de “La mente salvaje”; poemas de Han Shan; y “Moral laica” de Robert Louis Stevenson. Su obra también se refleja en las antologías “Ocho poetas raros, conversaciones y poemas”(Madrid, 1992) y “Campo abirto, Antología del poema en prosa en España”( Barcelona, 2005). Asimismo es autor de varios cuentos, entre ellos “El buscador de perlas”, “Pipa y té, recuerdos de Bilbo Baggins” y “La oración del árbol”. De uno de sus libros proceden estas palabras: “Escribo con una letra que no es la mía, en un lenguaje que no conozco, poemas que dicen quién soy”. O también, sobre un cuadro de Pieter Brueghel, “Cazadores en la nieve”: “vuelvo a casa con los perros y los cazadores en la nieve, vuelo con las urracas en el cielo oscuro de nieve, patino sobre el hielo, no soy yo, soy otro, otra cosa, quizá soy, simplemente; Pieter Brueghel me ha llevado allí”
Miguel Ángel Bernat no tiene la preocupación de ser diferente. Su voz “no es brillante, sino gastada, como una puerta que el viento abre el anochecer”. En sus poemas hay una entrega: “lo que somos no nos abandonará”. En sus poemas habita la tranquilidad.