Unos amigos del Centro Persépolis cuentan su viaje por Irán dentro de “Rutas Culturales”.
Hay una palabra que resume nuestro viaje a Iran: ¡fantástico¡.
Ha sido fantástico :
- pasear por sus jardines, muchos de ellos patrimonio de la Unesco , asombrarse con la belleza de sus mezquitas, sus bóvedas , sus iwanes, sus mihrabs, sus esbeltos minaretes, sus azulejos, su atmósfera turquesa;
- quedarse sin palabras ante las tumbas rupestres cruciformes de Naghshe Rostam;
- dar un salto en el tiempo y contemplar la tumba de Ciro y pisar los palacios de Darío el Grande, ese que estudiábamos en nuestra etapa adolescente, contemplar con admiración los relieves de la apadana, el realismo con que el artista plasmó los tributos que los reyes vasallos llevaban al emperador y el hieratismo en las figuras humanas , la cortesía con que los chambelanes conducían a los vasallos en presencia de “el Grande”, sus colosales columnas y sus toros alados;
- tumbarse al anochecer sobre el césped de la plaza de Isfahan y contemplar la luna entre los minaretes de la mezquita del Imán;
- ser testigo, no sin cierto pudor, de la devoción de los fieles en los mausoleos de los descendientes de Alí y deslumbrarnos con el brillo de millones de piezas de cristal;
- poder admirar los extraordinarios códices miniados de la catedral armenia y leer las enseñanzas de Zoroastro -no violencia, respeto a la naturaleza- tan necesarias en nuestra época.
En el plano gastronómico hemos degustado nuevos sabores, nuevas recetas que intentaremos que formen parte de nuestra dieta: el yogur con menta, las ciruelas con cordero, las berenjenas a la iraní, entre otros deliciosos platos.
Dejo para el final lo que nos ha causado más impacto: sus gentes. La calidez, el cariño y la hospitalidad que nos han dado, así como el interés que nos han demostrado durante todo el viaje, nos han hecho sentir como en casa.
No olvidaremos nunca el buen hacer, la dedicación, la paciencia y el torrente de información de ese incansable guía, a la par que amigo, Majid, su explicaciones nos han permitido comprender algo de una cultura, sobre la que, hay que reconocerlo, teníamos algunos prejuicios.
¡Gracias Amhad, gracias Khati, gracias Majic por organizar este maravilloso viaje¡